Belleza, machismo e hipocresía
Reflexiones sobre el caso Yasmin Brunet en BBB Brasil 24 que nos afecta a todas.
El año pasado, los talibanes cerraron todos los salones de belleza para mujeres en Afganistán, generando desempleo y discusiones controvertidas. Esta medida refleja una visión misógina que persiste en asociar la belleza femenina con algo peligroso, una idea arraigada en la historia.
En cambio, en mi país de natal, Brasil, vivimos en una sociedad que, paradójicamente, hipersexualiza a las mujeres. La exposición del cuerpo femenino, ya sea escondido como en los talibanes o expuesto con orgullo en Brasil y en muchos países de Latinoamérica, refleja el machismo y la reducción de la mujer a un objeto.
¿En qué momento se empezó a utilizar el cuerpo estándar de una mujer para colocarla en un lugar de inferioridad?
La idea de un cuerpo "estándar" para las mujeres, a menudo asociada a estándares de belleza inalcanzables, tiene profundas raíces históricas y ha evolucionado con el tiempo.
En la historia del arte, especialmente desde el Renacimiento, ha habido un cambio en las representaciones de la mujer. Las obras de arte a menudo retrataban a mujeres con cuerpos idealizados, estableciendo un estándar estético inalcanzable para la mayoría. Con la Revolución Industrial, la producción en masa de ropa se volvió más asequible. Esto dio lugar a la moda y a la difusión de ciertos estilos y tallas de ropa que se asociaron con una feminidad aceptable.
En el siglo XX, la cultura de la dieta se volvió prominente. Se animaba a las mujeres a cumplir estándares específicos de delgadez, a menudo asociados con la idea de control y disciplina sobre el cuerpo. Con la llegada de los medios de comunicación, la publicidad comenzó a desempeñar un papel crucial en la perpetuación de los estándares de belleza. Imágenes retocadas y estilizadas comenzaron a definir lo que se consideraba atractivo.
La industria del entretenimiento, especialmente el cine y la televisión, ha tenido un impacto significativo en la construcción de ideales de belleza. La representación de las mujeres en roles específicos reforzó los estereotipos y las normas de apariencia. Y claro, el auge de la cultura pop y la obsesión por las celebridades ha aumentado la exposición a ciertos estándares de belleza. Además de las redes sociales.
Recientemente, la participación de una modelo llamada, Yasmin Brunet, en BBB Brasil 24 generó polémica. Los participantes del reality expresaron opiniones sobre su apariencia, revelando no solo sexismo, sino también nuestra hipocresía colectiva.
En el reality show, los participantes hablaron cosas como. "Creo que es muy bonita, sí. Antes estaba mejor, hoy es mayor, pero sigue siendo bonita", comenzó uno de ellos. "Creo que su cuerpo es un poco extraño, ya sabes", dijo otro "Ella se dio por vencida. ¡Hoy se comió dos paquetes enteros de galletas con queso crema! Pero, ahí fuera, vestida en una discoteca, debe estar bien...", continuó.
Si bien condenamos el discurso sexista, es crucial reflexionar sobre cómo contribuimos, aunque sea mínimamente, a este comportamiento. La presión estética que enfrentan las mujeres es un tema recurrente, pero incluso aquellas que alcanzan estándares deseables no siempre encuentran plena aceptación.
Es fundamental considerar el contexto sociocultural de cada persona involucrada, además de reconocer nuestra propia hipocresía como sociedad. El episodio, además de revelar el machismo, cuestiona nuestra capacidad para afrontar la exposición del cuerpo femenino en una cultura que lo vende y consume intensamente.