Cómo ayudar a una mujer en situación de violencia
Una miniguía práctica para intervenir con empatía y cuidado en momentos críticos.
Cuando sabemos o sospechamos que una niña o mujer está en una situación de violencia, es común sentir incertidumbre sobre cómo actuar. ¿Cómo podemos intervenir sin causar más daño? ¿Qué pasos concretos podemos seguir para ofrecer apoyo real? Esta miniguía está diseñada para orientarte en ese proceso, con recomendaciones respaldadas por estudios psicológicos que pueden marcar la diferencia en la vida de una persona que enfrenta violencia.
La violencia está ocurriendo ahora mismo: ¿Qué hago?
Si la situación de violencia está sucediendo en este mismo momento, lo más importante es buscar ayuda inmediata. Llama a la policía para intervenir y garantizar la seguridad de la persona. Según estudios del National Domestic Violence Hotline, en situaciones de emergencia, detener el ciclo de violencia es crucial para prevenir daños mayores.
¿Sospechas que está ocurriendo violencia, pero no ahora?
Si sospechas que una niña o mujer está viviendo violencia, pero no ocurre en ese instante, debes evaluar cómo puedes ayudar sin agravar la situación. Hablar con una persona de confianza en la vida de la víctima o, en casos graves, denunciar ante el Consejo Tutelar (para niñas) o autoridades competentes es una opción. Judith Herman, en su obra Trauma and Recovery, recomienda que cualquier intervención considere el bienestar y la seguridad de la persona afectada, asegurando que se minimicen los riesgos para su integridad.
¿Tienes cercanía con la persona?
Si tienes una relación cercana o de confianza con la persona afectada, puedes abrir un espacio de diálogo respetuoso. Iniciar una conversación sin preguntas invasivas y ofrecer tu apoyo es un paso importante. Por ejemplo:
— "He notado que últimamente estás diferente, ¿te pasa algo?"
Mostrar empatía, sin forzar a la persona a hablar antes de estar lista, es clave. Los estudios indican que las víctimas se sienten más seguras para hablar cuando se les da espacio para hacerlo a su propio ritmo. Herman recomienda evitar presionar para que se revele información, ya que esto puede retraer aún más a la víctima. Solo deja la puerta abierta, y dile que puede contar contigo cuando lo necesite.
¿No tienes mucha proximidad?
Si no tienes una relación cercana, es posible que hablar con alguien más en su entorno, como un familiar o un amigo de confianza, sea una mejor estrategia. Si conoces a alguien que pueda intervenir de forma segura, asegúrate de expresar tus preocupaciones de manera cuidadosa. Sara Ahmed, en su investigación sobre violencia y bienestar emocional, destaca la importancia de que cualquier intervención se haga respetando la privacidad y seguridad de la víctima.
¿La persona agresora es un familiar cercano?
En situaciones en las que la violencia proviene de alguien cercano, como un padre, padrastro o abuelo, puede ser más difícil intervenir. Si la víctima vive en un entorno donde el agresor es parte de su círculo de confianza, es crucial involucrar a otros adultos responsables o, en el caso de menores, alertar a las autoridades. Un estudio del Journal of Interpersonal Violence recomienda siempre tener en mente la seguridad de la víctima y no dejar la intervención en manos del agresor, ya que esto puede incrementar el riesgo.
¿Qué hacer si la víctima niega la violencia?
Es común que una mujer niegue estar en una situación de violencia, ya sea por miedo a las represalias o porque no se siente preparada para admitir lo que ocurre. La psicóloga Lundy Bancroft, en su libro Why Does He Do That?, explica que esta negación no significa que no necesite ayuda. A veces, las mujeres protegen su vida o la de sus hijos al negar lo que está ocurriendo, esperando un momento más seguro para actuar. Tu apoyo continuo, aunque no inmediato, puede ser crucial en ese proceso.
El impacto de la denuncia
Denunciar una situación de violencia puede generar tensiones adicionales. Según el National Center on Domestic Violence, cuando una denuncia es realizada sin el consentimiento de la víctima, puede aumentar el riesgo de represalias del agresor. Por eso, es importante que, cuando sea posible, la víctima esté preparada para afrontar las consecuencias de una denuncia. Acompañarla en este proceso y ofrecerle recursos de apoyo, como líneas de ayuda o refugios, puede hacer la diferencia.
Construir un plan de seguridad
Ayudar a la víctima a construir un plan de seguridad es crucial. Un estudio del Journal of Interpersonal Violence sugiere que tener un plan de escape, como dinero en efectivo, ropa y documentos listos, y conocer a dónde ir en caso de emergencia, puede salvar vidas. Aunque no sea necesario ejecutarlo de inmediato, tener un plan ayuda a reducir la ansiedad de la víctima y le da herramientas para cuando esté lista.
Reflexiones finales
Ayudar a una niña o mujer en situación de violencia es un proceso complejo que requiere empatía, paciencia y conocimiento. Estudios psicológicos confirman que, al ofrecer un espacio seguro, validar las emociones de la víctima y permitir que tome control sobre sus decisiones, podemos apoyar de manera efectiva. El silencio o la inacción no son opciones; tu intervención puede salvar una vida.
Recuerda: cada paso cuenta, y ofrecer tu apoyo de manera respetuosa y consciente puede marcar una gran diferencia en la vida de una persona en riesgo.