Cómo hablar con los niños sobre el consentimiento y por qué es tan importante
El consentimiento se refiere a la idea de que es necesario obtener el permiso de alguien antes de realizar cualquier tipo de contacto físico o actividad que involucre a esa persona.
Inicié este texto con el titular "El fútbol no es para niñas", pero antes de llegar al punto que me hizo cambiar el rumbo, debo empezar de la misma forma que me llevó al tema principal, admitiendo que el fútbol nunca fue mi deporte favorito en la escuela; tal vez, porque lo vi exclusivamente como algo masculino y nunca fui alentada a practicarlo. Y cómo da vueltas la vida, que irónicamente, mi primer trabajo cuando empecé la carrera de periodismo, fue como becaria en una red social dirigida a los fanáticos del fútbol.
Lo que sí me llamaba la atención era la categoría femenina. Me preguntaba, ¿por qué las jugadoras tan talentosas y habilidosas no tenían el mismo reconocimiento en la prensa; los patrocinios y los salarios estratosféricos como, por ejemplo, los de Neymar?, que como brasileña puedo afirmar: no vale la inversión que hizo el equipo Árabe.
Lo que pude concluir es que mientras el mundo siga viendo a las mujeres por debajo de los hombres, la igualdad en el deporte seguirá siendo un “delirio femenino”. Por hablar en delirios, el mundo pudo ver en vivo el asedio, sufrido por una jugadora de España, tan pronto saboreaba la victoria de un mundial. El hombre que ahora todos conocen, es Luis Rubiales, el mismo que se negó rotundamente a dimitir por haber besado en la boca a la jugadora número 11 de la selección, Jenni Hermoso.
Me llevó mucho tiempo llegar aquí y escribir algo sobre este tema, principalmente porque no sabía qué decir aparte de "qué asqueroso". Además, los innumerables comentarios machistas en todas las publicaciones me hicieron sentir muy mal; la mayoría de ellos realizados por hombres y, lamentablemente, algunas mujeres que parecen incapaces de practicar la sororidad.
A continuación, podrás ver algunos ejemplos de los comentarios que he visto.
Es difícil encontrar las palabras adecuadas cuando te enfrentas a una situación tan indignante y frustrante. Ver cómo persisten los comentarios sexistas y la falta de apoyo entre las propias mujeres es descorazonador. En un momento en que deberíamos unirnos y luchar juntas por la igualdad y el respeto, parece que algunas optan por perpetuar las mismas actitudes y prejuicios dañinos del machismo.
Pregunto yo: ¿Pueden todas estas personas ponerse en los zapatos de esta jugadora?
Este incidente, tristemente, es solo un ejemplo de todos los desafíos y discriminación que enfrentan las mujeres en el mundo del fútbol y en muchos otros aspectos de la sociedad. Aunque hemos avanzado en términos de igualdad de género, aún queda un largo camino por recorrer. Las jugadoras merecen el mismo respeto, reconocimiento y oportunidades que sus contrapartes masculinas.
Que te emociones no te da el permiso de besarme
Pondremos la siguiente situación: tu hija de 14 años gana un partido de fútbol, el técnico emocionado, la besa sin permiso, ¿sigue siendo solo un besito o el calor del momento?
El discurso casi universal del machismo estructural, generalmente, está basado en la argumentación de que cuando un hombre guapo besa a una mujer, ella no se siente acosada. Pues bien, existe una cosa llamada CONSENTIMIENTO, sea quien sea, sea cual sea el género, si no hay consentimiento es una agresión.
¿Cómo hablar con los niños sobre el consentimiento?
Si te fijas bien, mujeres que pasan años sufriendo abusos psicológicos y físicos, aprendieron desde muy jóvenes a “aguantar”: el dolor; las burlas sobre su aspecto físico en el cole; toda clase de violencia. Esto puede estar ligado a una serie de factores, como la presión social, la falta de recursos, el miedo a represalias contra sí misma, o en muchos casos contra los hijos, o el desconocimiento de sus derechos.
Somos enseñadas a soportar situaciones abusivas en lugar de buscar ayuda o poner límites. Porque al final, las miradas juzgadoras siempre están hacia nuestro lado.
La psicóloga Ana Caroline Bonato puntuó algunos consejos que pueden ayudar a los padres a enseñar a los niños sobre los límites y el consentimiento.
Sé un ejemplo en cómo te relacionas
Si los padres fomentan un ambiente de respeto mutuo y establecen límites claros, los niños aprenderán la importancia de establecer límites saludables en sus propias vidas. Según profesionales, la personalidad de los niños está en formación hasta los 7 años de edad, en esta fase de la vida los padres deben ayudar con el desarrollo de las emociones y a partir de esta edad sobre establecer límites. Habla con tu hijo sobre las partes del cuerpo. A veces, los padres pueden sentir miedo o vergüenza al abordar ciertos temas con sus hijos, hasta incluso esperar que en la escuela hablen del tema. Por experiencia propia, las aulas de anatomía no explican sobre la educación sexual y la prevención del abuso.
Nunca obligues a tu hijo a saludar y besar a la gente
Existe un sentido universal arraigado en la sociedad de que los niños deben saludar besando a todos. Los padres suelen sentirse incómodos y, en un intento por cumplir con las normas sociales, pueden obligarlos a saludar a otros, ya sea con un beso, abrazo u otra forma de contacto físico. Por suerte mi mamá nunca me obligó a tener este tipo de contacto con la gente. Es esencial ser conscientes de que los niños también tienen derecho a establecer sus propios límites y a sentirse cómodos en sus interacciones sociales. Forzarlos a saludar o besar a alguien cuando no lo desean porque puede enviarles un mensaje contradictorio sobre su autonomía y su capacidad de tomar decisiones personales. Los padres pueden enfocarse en empoderar a sus hijos para que expresen sus sentimientos de una manera respetuosa. Por ejemplo, pueden enseñarles a saludar verbalmente o dar un saludo desde la distancia si se sienten incómodos con el contacto físico en ese momento.
Estar atento a todas las señales que da el niño
Validar los sentimientos del niño cuando muestre rechazo o miedo hacia un familiar o amigo. ¡No pelees! Puede ser que no haya pasado nada, pero también podría ser una señal importante de que esa persona no es buena para tu hijo. Según datos de Las estadísticas del Programa “Las víctimas contra las violencias”, el 80% de los abusos suceden en la casa de la víctima, en la casa del agresor o en la casa de otro familiar. Por esto, esté siempre atento y hable cuando note cualquiera de estas señales.