¿Cuál es su enfoque al tomar decisiones?
Conozca los diferentes estilos de toma de decisiones, comprenda cuál es el suyo y qué significa.
Hace unos meses la escuela de negocios Sandbox trajo un análisis interesante sobre un estudio realizado en 1995, por los investigadores Susanne Scott y Reginald Bruce realizaron un estudio titulado “Decision-Making Style: The Development and Assessment of a New Measure”, algo como "Estilo de toma de decisiones: el desarrollo y evaluación de una nueva medida" con el objetivo de avanzar en el conocimiento científico sobre cómo las personas toman decisiones. Aunque se había realizado mucha investigación sobre los factores externos que influyen en las decisiones, se había prestado menos atención a las características individuales que pueden afectar la toma de decisiones.
LOS 5 ESTILOS DE TOMA DE DECISIONES
Exploremos cada uno de los estilos para comprender exactamente de qué se tratan. Cada uno de ellos tiene características distintas y refleja diferentes enfoques y procesos de toma de decisiones. Profundizando en cada estilo, le ayudaremos a comprender mejor sus características y cómo pueden influir en sus decisiones.
1. El estilo Racional: Decisiones basadas en el análisis y la lógica
El estilo de toma de decisiones racional se caracteriza por un enfoque metódico y analítico. Las personas con este estilo buscan recopilar datos, realizar análisis, investigar y considerar cuidadosamente todas las opciones antes de tomar una decisión. Creen en tomar decisiones basadas en hechos, números y lógica. Para ellos, cada decisión es una oportunidad de utilizar sus habilidades analíticas para encontrar la mejor solución posible.
Una persona con un estilo racional puede considerarse un “pensador lógico”. Se centra en hechos tangibles, considera los pros y los contras de cada opción y busca maximizar los beneficios minimizando los riesgos. Estas personas son conocidas por su objetividad y capacidad para mantener la calma, incluso en situaciones difíciles. Para ellos, la toma de decisiones es un proceso cuidadoso y calculado.
Un ejemplo práctico de un estilo de toma de decisiones racional sería el siguiente: imagina que estás pensando en cambiar de trabajo. Un individuo con un estilo racional comenzaría investigando las opciones disponibles, recopilando información sobre las empresas, analizando salarios, beneficios, perspectivas de crecimiento y cultura organizacional. Harían una lista de los pros y los contras de cada situación, considerando factores como la ubicación, el ambiente de trabajo, el equilibrio entre la vida personal y laboral, etc. Después de recopilar toda la información relevante, harían una valoración lógica y objetiva para tomar la mejor decisión posible.
2. El estilo Intuitivo: Decisiones guiadas por el instinto y la experiencia
El estilo intuitivo de toma de decisiones se caracteriza por la dependencia de los sentimientos internos, la intuición y las experiencias personales. Las personas con este estilo confían en su “sexto sentido” y en sus ideas subconscientes para tomar decisiones rápidas y aparentemente instintivas. Tienen la capacidad de captar información más allá de lo obvio, apoyándose en su conocimiento implícito y sus percepciones sensoriales.
Las personas con un estilo intuitivo suelen tomar decisiones rápidamente y confían en su intuición para guiar el camino. Tienden a confiar en su experiencia y conocimientos acumulados para tomar decisiones informadas. Estas personas son conocidas por su capacidad para leer señales no verbales, captar matices en situaciones complejas y tomar decisiones basadas en una "sensación" general.
Un ejemplo práctico de un estilo intuitivo de toma de decisiones sería el siguiente: imagine que está a punto de realizar una compra importante, como un automóvil. Una persona con un estilo intuitivo confiaría en su intuición para tomar la decisión correcta. Podría visitar varios concesionarios, hablar con vendedores, realizar pruebas de manejo y luego dejar que su intuición la guiara en su elección final. Ella tomaría en cuenta sus sentimientos, cómo se sintió al conducir el automóvil, su confianza en el vendedor y otros factores subjetivos que no pueden cuantificarse fácilmente.
3. El estilo dependiente: decisiones basadas en orientación externa
El estilo de toma de decisiones dependiente implica buscar orientación y consejo de otros antes de tomar una decisión. Las personas con este estilo tienden a confiar en las opiniones y consejos de expertos, colegas o superiores para obtener diferentes perspectivas y apoyo antes de tomar una decisión. Buscan validación externa antes de comprometerse con una elección.
Las personas con un estilo dependiente valoran la diversidad de opiniones y creen que la colaboración y el intercambio de conocimientos son esenciales para la toma de decisiones informadas. Intentan no tomar decisiones unilaterales, buscando la participación de otras personas involucradas en el proceso. Estas personas son conocidas por su capacidad para escuchar, considerar múltiples perspectivas y llegar a un consenso antes de tomar una decisión final.
Un ejemplo práctico de un estilo de toma de decisiones dependiente sería el siguiente: imagine que está pensando en montar su propio negocio. Una persona con un estilo dependiente buscaría orientación de expertos de la industria, empresarios experimentados o mentores que puedan compartir sus conocimientos y experiencias. Estaría abierta a escuchar diferentes puntos de vista, aprender de los errores y éxitos de los demás e integrar esta información en su toma de decisiones. La opinión y orientación de los demás tendrían un peso importante en su elección final.
4. El estilo Evitativo: Posponer o evitar la toma de decisiones
El estilo evitativo de toma de decisiones se caracteriza por la tendencia a posponer o no tener que tomar una decisión. Las personas con este estilo pueden sentirse abrumadas por el proceso de elección o temer las posibles consecuencias de una decisión. Suelen no afrontar la situación y buscan escapar de la presión o la incomodidad asociada con la toma de decisiones.
Los individuos con un estilo evasivo pueden procrastinar, buscar distracciones o incluso transferir la responsabilidad de tomar decisiones a otras personas. Es posible que tengan miedo de cometer errores o enfrentar consecuencias negativas y prefieran mantener el status quo en lugar de arriesgarse a tomar una mala decisión. Estas personas pueden tener dificultades para afrontar la incertidumbre y la ambigüedad, lo que les lleva a posponer la toma de decisiones.
Un ejemplo práctico de un estilo de toma de decisiones evitativo sería el siguiente: Imagine que está pensando en cambiar de carrera. Una persona con un estilo evasivo puede posponer constantemente la exploración de nuevas opciones, alegando falta de tiempo u otras prioridades. Es posible que no investigue diferentes carreras, no establezca contactos en el campo que desea o no tome medidas concretas para realizar la transición. Esta persona puede sentirse paralizada por el miedo a lo desconocido y preferir permanecer en una situación conocida, aunque sea insatisfactoria.
5. El estilo espontáneo: Decisiones rápidas e impulsivas
El estilo espontáneo de toma de decisiones implica decisiones rápidas e impulsivas, a menudo basadas en deseos inmediatos, emociones o el deseo de evitar conflictos. Las personas con este estilo confían en su intuición y actúan rápidamente sin un análisis detallado de la información disponible. Suelen confiar en sus instintos y dejarse llevar por el momento, buscando una solución inmediata.
Las personas con estilo espontáneo son conocidas por su capacidad para actuar rápidamente en emergencias o cambios repentinos. Son adaptables y no temen correr riesgos. Estas personas confían en su capacidad para tomar decisiones en el momento, a menudo aprovechando las circunstancias sin dudarlo.
Un ejemplo práctico de un estilo de toma de decisiones espontánea sería el siguiente: Imagine que está planeando un viaje con amigos. Una persona con un estilo espontáneo puede decidir embarcarse en una aventura improvisada sin un plan detallado. Puede que le entusiasme la idea de explorar un lugar desconocido sin restricciones ni itinerarios fijos. Esta persona se apoyaría en su instinto para tomar decisiones mientras viaja, aprovechando las circunstancias que se presenten y adaptándose a las circunstancias.
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