El valor de la amistad femenina
La inspiradora historia de una amiga que dejó una huella imborrable en mi vida.
Hay un estudio de Harvard que dice que no tener amigas mujeres es tan prejudicial para la salud cuanto fumar, dijo Jane fonda en una entrevista, complementando con "los hombres miran a los coches, mujeres se miran a los ojos y piden ayuda, muestran su vulnerabilidad".
Durante mi adolescencia, solía repetir el discurso de que prefería tener más amigos hombres, que me gustaba más estar con ellos porque eran menos complicados, porque las chicas peleaban entre sí y hablaban mal a espaldas. Incluso decía que prefería trabajar con hombres porque las mujeres eran más dramáticas.
Pero, ¿a quién beneficia realmente la rivalidad femenina? ¿Por qué nos enseñan a odiarnos, a competir y a criticarnos unas a otras?
En la época de la universidad, venía de una fase de ostracismo en que era totalmente antisocial, los 4 años de curso fueran una pesadilla, lo que tornó todo un poco más llevadero fue la amistad que inicié en el primer día en el curso de periodismo. Ella era una fuerza de la naturaleza, literalmente arrasando con todo a su paso sin importarle la opinión ajena. Su energía y actitud me contagiaron a lo largo de los años.
Reflexionando ahora, por más impetuosa que fuera, nunca la oí criticar el cuerpo, la ropa o la orientación sexual de otra persona. Recuerdo una anécdota que me contó sobre una vez que se rapó el pelo y la gente le preguntaba si tenía cáncer. No, no era cáncer, no todavía, simplemente estaba desafiando los patrones estéticos que la sociedad dictaba sobre cómo debía ser una "mujer femenina y atractiva".
Y es con un texto de esta mujer increíble, que dejó este mundo el 14/06/2024, que os dejo hoy:
"El 2022 me dejó nuevas cicatrices, y con ellas nuevas fuentes de fortaleza y reinvención de mí misma. La vida nunca ha sido tan difícil para mí, de una manera que ni siquiera podía imaginar. Perdí un amor de muchos años; él renunció a la vida, a todo, y se convirtió en una cicatriz profunda en mi corazón. Todavía me duele, pero nunca busqué un reemplazo. En medio de este primer caos, me reencontré con tantas personas queridas, que si supieran cuánto los amo, estarían aún más presentes. Sin embargo, así dicen: 'Algunas cosas no cambian'. Sé lo cambiante que soy, pero mi esencia es la soledad. Me criaron para estar sola, para valerme por mí misma. En fin, no sabéis lo agradecida que estoy, aunque sea contradictorio, por seguir contando con la fuerza y el cariño de tanta gente. MUCHAS GRACIAS. Finalmente, siguiendo adelante...
A mediados de año, el descubrimiento del cáncer me dejó estas marcas visibles que incluso cambiaron mi percepción de lo que significa ser MUJER, y soy MUJER, MUY MUJER. Con la caída del cabello, soy el centro de atención en todas partes, especialmente cuando me niego a cubrirme la cabeza con un pañuelo, y mi ego está más hinchado de lo habitual. La gente me dice lo fuerte que soy. Apenas estoy comenzando el camino hacia mi victoria contra esta enfermedad [...] Aun así, puedo ver el lado positivo de todo: sigo despertando, respirando profundamente, riendo cuando tengo que reír, enfrentando lo que tengo que enfrentar... Al fin y al cabo, pase lo que pase, el tiempo no se detiene y la vida, ah... la vida sigue. No me rindo con ella."