¡La heterosexualidad no existe y puedo probar!
Un estudio muestra que la sexualidad humana es fluida y desafían creencias culturales profundamente arraigadas.
No es de hoy que la ciencia cuestiona la orientación sexual en los roles de género, tampoco es nuevo el concepto de bisexualidad. Un estudio de 2015 publicado en el Journal of Personality and Social Psychology que analizaba la expresión de género en los hombres y mujeres, mensuraba su respuesta fisiológica al ver una variedad de material pornográfico. Encontró que, independientemente de cómo las personas informan sobre su sexualidad, tanto mujeres como hombres responden fisiológicamente tanto a estímulos pornográficos heterosexuales como homosexuales.
El Dr. Ritch C. Savin-Williams, Director del Departamento de Psicología de la Universidad de Cornell, explicó en una entrevista con Broadly que, durante el estudio, se mostró a hombres heterosexuales una foto de una mujer masturbándose. Como era de esperar, su reacción fue consistente con la de un hombre heterosexual. Sin embargo, cuando se les mostró una foto de un hombre masturbándose, sus pupilas también se dilataron, lo que sugiere una respuesta fisiológica al estímulo homosexual.
Savin-Williams explica que la motivación de los individuos para autoinformar incorrectamente su deseo es una consecuencia de la influencia social restrictiva: las normas que determinan cómo se percibe y trata a los individuos.
A los hombres les han echado tanta basura cultural que incluso si un hombre siente alguna atracción sexual por los chicos, nunca lo dirían.
Este hallazgo desafía las concepciones convencionales sobre la sexualidad masculina y destaca la complejidad y diversidad de las experiencias sexuales humanas. Nos acerca a una comprensión más completa de la sexualidad masculina y nos anima a cuestionar las etiquetas rígidas y limitadas que a menudo se aplican a la orientación sexual.
La bisexualidad hasta en la naturaleza
La sexualidad en el reino animal es sorprendentemente diversa y compleja, y va mucho más allá de las categorías binarias de macho y hembra. En numerosas especies, se han observado comportamientos sexuales flexibles que desafían las ideas preconcebidas sobre la sexualidad animal.
Bonobo (Pan paniscus): Los bonobos son primates conocidos por su comportamiento sexual diverso, que incluye actividad sexual entre individuos del mismo sexo, así como del sexo opuesto. Se cree que la bisexualidad en los bonobos ha evolucionado como parte de su estructura social compleja, que se caracteriza por la cooperación y la resolución pacífica de conflictos.
Delfín nariz de botella (Tursiops truncatus): Se ha observado que participan en comportamientos sexuales tanto con individuos del mismo sexo como del sexo opuesto, lo que sugiere una adaptación evolutiva para maximizar las oportunidades de reproducción en entornos sociales variables.
Patos salvajes (Anas platyrhynchos): Los estudios han demostrado que los patos salvajes exhiben una flexibilidad sexual significativa, con apareamientos que involucran parejas del mismo sexo y del sexo opuesto. Esta bisexualidad aparente se ha atribuido a estrategias reproductivas adaptativas, que pueden incluir la formación de alianzas sociales y la maximización de la reproducción en entornos fluctuantes.
No estoy sugiriendo que esto se aplique a todas las personas. Si te sientes atraíd@ únicamente por individuos de un género específico, está perfecto. Lo que intento transmitir es que sentir atracción hacia personas del mismo sexo es un sentimiento natural, y tener la libertad de cuestionar tu orientación sexual es importante.
Es necesario cuestionar si tu orientación sexual es fruto de creencias sociales y familiares desde una edad temprana. Y explorar tus propias inclinaciones para descubrir lo que realmente te hace sentir plen@ y auténtic@.