No todas las recomendaciones son buenas
Efecto manada y su influencia en la estrategia de marketing.
El recuerdo de la Pulsera Power Balance es memorable para muchos. Han pasado 15 años desde su auge, pero su impacto aún resuena.
El atractivo de la pulsera era innegable: la marca aseguraba que su producto podía mejorar el equilibrio, la fuerza y la flexibilidad. Para promocionar aquel magnético milagro, los hermanos Rodarmel, aficionados al surf, repartieron 50.000 pulseras Power Balance entre los asistentes a una feria de deportes de acción de San Diego. También regalaron ejemplares a algunos de sus amigos, como Mark Sánchez, del equipo de fútbol americano New York Jets. Con videos y el respaldo de atletas famosos como David Beckham, Cristiano Ronaldo, Rubens Barrichello y Shaquille O'Neil, el tenista Manolo Santana, el futbolista del Real Madrid Guti, la corredora Eva Castrola, la promoción fue masiva. Todo parecía convincente.
Fabricar una Power Balance costaba menos de un euro, sin embargo, se vendían por precios que oscilaban entre los 32 y los 43 euros, según modelo. Pero detrás de la “parafernalia de marketing”, no había evidencia científica sólida. Las investigaciones independientes finalmente revelaron que la pulsera no cumplía sus promesas. A pesar de algunos informes de mejoras en el rendimiento deportivo, se descubrió que era solo un efecto placebo, un fenómeno bien documentado en la medicina.
La situación empeoró cuando varios países multaron a la marca por prácticas publicitarias engañosas. En 2010, la filial australiana de Power Balance se vio obligada a retractarse públicamente y ofrecer reembolsos a los consumidores. Otros países tomaron medidas similares.
Ante la presión de los clientes, la empresa se vio obligada a admitir que no había pruebas científicas que respaldaran sus afirmaciones y ofreció reembolsos. Sin embargo, fue demasiado tarde. La empresa enfrentó demandas colectivas que terminaron en un pago de casi 60 millones de dólares. Finalmente, Power Balance, declarada en bancarrota, cerró su capítulo en la historia comercial.
El efecto manada
Hay un concepto vinculado al efecto manada: el oportunismo.
Este concepto se basa en la observación, ya que las personas a menudo actúan con base en ciertas creencias.
Todo esto se origina en la influencia colectiva. Al observar y analizar estos elementos dentro de su mezcla de marketing, las marcas pueden generar campañas que capitalicen este comportamiento gregario.
Si experimentamos emociones, ya sean positivas o negativas, es probable que nos dejemos llevar y tomemos decisiones influenciadas por el efecto manada en este entorno. Este fenómeno desafía nuestra capacidad de racionalidad, ya que la influencia de los demás directamente impacta en nuestro comportamiento irracional. Por otro lado, al intentar aislarnos y reflexionar, es probable que nuestra parte racional nos impulse hacia una decisión opuesta.
Es crucial recordar que, con frecuencia, sin ser conscientes, como consumidores estamos sometidos a diferentes conductas y creencias que se propagan en la sociedad.