Según investigadores dirigidos por la antropóloga Hillard Kaplan, de la Universidad de Chapman en California, los cerebros de los individuos de la etnia Tsimane, que viven en aldeas aisladas en la selva amazónica boliviana, envejecen más lentamente que los cerebros de personas de sociedades industrializadas.
El trabajo es parte de un estudio más amplio, publicado en la revista científica The Lancet, que busca comprender cómo el estilo de vida puede influir en el proceso de envejecimiento y ayudar a prevenir enfermedades crónicas, como las enfermedades cerebrales degenerativas.
Los Tsimane son una comunidad indígena que se distingue por su estilo de vida menos industrializado y más cercano a la naturaleza. Aunque interactúan en cierta medida con la sociedad boliviana, su forma de vida se mantiene alejada de la influencia de la modernidad. Sus aldeas carecen de comodidades como agua corriente, electricidad, y el sustento depende en gran medida de la agricultura tradicional y la caza de animales.
Esta forma de vida más primitiva implica desafíos y dificultades, pero también puede brindar cierta protección contra los problemas y enfermedades asociados con la vida urbana y moderna. En el estudio fue destacado que ellos sufren más de infección que el promedio, pero, tienen tasas más bajas de enfermedades cardíacas y diabetes en comparación con las personas en los EE. UU. y Europa.
Pero, ¿qué tiene eso que ver conmigo?
El estudio también sugiere que la genética puede ser crucial para la salud del cerebro y que la actividad física no es una panacea.
Diversos estudios sobre el envejecimiento demuestran que ser sociable, feliz y ejercitar la mente juegan un papel importante para mantener el cerebro sano. Pero cada factor se relaciona con el otro: es más fácil ser feliz y sociable si está sano, por ejemplo. Es ahí que entra nuestro compromiso con el mantenimiento de nuestra salud.
Es muy sencillo, si tienes un coche tienes que hacer la manutención, averiguar si hay aceite suficiente, cambiar los neumáticos, etc. Este mismo proceso debería ser aplicado a tu salud.
Una de las cosas que sobrecarga nuestro cerebro es motivada por la FOMO, siglas en inglés de "Fear of Missing Out" (miedo a perderse algo), es un fenómeno psicológico que se relaciona con la ansiedad y el temor de perderse experiencias, eventos o actividades que otras personas están disfrutando. Este sentimiento está alimentado por el uso excesivo de las redes sociales, donde se comparten constantemente momentos destacados de la vida de los demás.
La FOMO puede tener diversos efectos negativos en la salud mental y emocional, algunos de ellos son:
Estrés y ansiedad: La constante comparación con los demás y el temor de perderse algo pueden generar estrés y ansiedad, especialmente si se está constantemente conectado a las redes sociales.
Dificultad para desconectar: La FOMO puede llevar a una sensación de dependencia de las redes sociales y una dificultad para desconectar, ya que se teme perderse algo importante o relevante.
Insatisfacción personal: La constante exposición a las experiencias y logros de los demás puede generar sentimientos de insatisfacción personal y una sensación de estar siempre por detrás de los demás.
Reducción de la atención y concentración: El miedo a perderse algo puede llevar a una constante distracción y dificultad para mantener la atención en una sola tarea, lo que puede afectar negativamente el rendimiento y la productividad.
El acúmulo de información causado por las redes sociales, afecta y mucho nuestro cerebro y muchas veces con efectos non inmediatos.
Voy a ejemplificar, con una analogía utilizada por el científico Michael Ramscar, de que el cerebro funciona como si fuera un "disco duro de ordenador" que, lleno de datos, tarda más en acceder a su información.
“El cerebro humano funciona más lento con la edad”, dijo Michael Ramscar, responsable del estudio, “pero solo porque acumulamos más información con el tiempo”.
Ya han encontrado una asociación entre el uso excesivo de las redes sociales y problemas como la disminución de la atención y la concentración, dificultades para dormir, niveles de ansiedad más altos y disminución de la satisfacción con la vida.
Ahora, si estás llenando tu disco duro desde joven, imagínate cuantos años no tendrá tu cerebro.
¡Desconecta un poco!
Los rasgos de personalidad pueden proteger o envejecer el cerebro, según un estudio. Aunque la noticia no es tan buena para los introvertidos y menos sociables
El estudio analizó las personalidades de unas 2000 personas que participaban en el Proyecto Rush Memory and Aging, un estudio longitudinal de adultos mayores del área de Chicago que comenzó en 1997. El estudio examinó el papel de tres rasgos principales de la personalidad: conciencia, extroversión y neuroticismo: sobre cómo las personas resistieron el deterioro cognitivo en la vejez.
El neuroticismo es un rasgo de personalidad que afecta qué tan bien una persona maneja el estrés. Las personas neuróticas se acercan a la vida en un estado de ansiedad, ira y timidez y, a menudo, ven las pequeñas frustraciones como irremediablemente abrumadoras o amenazantes.
Las personas concienzudas tienden a tener altos niveles de autodisciplina y son organizadas y orientadas a objetivos, dijo Yoneda, mientras que las extrovertidas son entusiastas de la vida y, a menudo, asertivas y extrovertidas.
Las personas con una puntuación alta de escrupulosidad o una puntuación baja de neuroticismo eran significativamente menos propensas a desarrollar un deterioro cognitivo leve durante el transcurso del estudio, dijo Yoneda.
Cada seis puntos adicionales que una persona anotó en una escala de atención plena se "asoció con una reducción del 22 por ciento en el riesgo de pasar de un funcionamiento cognitivo normal a un deterioro cognitivo leve", dijo Yoneda.
Eso podría traducirse en que una persona de 80 años con una conciencia alta viva dos años, más sin problemas cognitivos en comparación con aquellos con puntuaciones bajas de conciencia, según el análisis.
Ser más extrovertido y socialmente comprometido parecía ofrecer un año más de vida libre de demencia, encontró el estudio. También aumentó la capacidad de una persona para recuperar la función cognitiva normal después de recibir un diagnóstico previo de deterioro cognitivo leve, quizás debido a los beneficios de la socialización.
Este estudio no es el primero en mostrar una conexión entre la personalidad y la función cerebral.
Investigaciones anteriores han demostrado que las personas que están más abiertas a la experiencia, más conscientes y menos neuróticas, se desempeñan mejor cognitivamente en las pruebas y experimentan menos deterioro cognitivo con el tiempo.
¿Y qué hago con toda esta información superútil que acaba de inundar mi cerebro?
Desconéctese un poco
Cuide de tu salud
Oblíguese a socializar más y tener experiencias fuera de tu zona de confort.
Imposible, pero cierto!
https://brujasinnorte.blogspot.com/2023/06/cronocicatriz-la-leyenda-del-tiempo.html