¿Robando el trabajo y las ayudas?
Si eres de los que piensa que hay algún tipo de privilegio para inmigrantes, estás desinformad@.
La sociedad española, como muchas otras, se enfrenta a la desinformación y los prejuicios relacionados con la inmigración. Uno de los mitos más arraigados es la idea de que los inmigrantes "roban" empleos y recursos, una narrativa que no solo carece de fundamento, sino que también contribuye a la discriminación y a la creación de un ambiente hostil y de odio hacia esta parte de los ciudadanos.
Como mujer latina, que goza del privilegio blanco, mi percepción sobre estos prejuicios es que son más direccionados hacia los marroquíes. Lo que me parece un absurdo tremendo si tienes en cuenta que en la antigüedad, la Península Ibérica fue habitada por diversos grupos de personas, incluyendo íberos, celtas, romanos y visigodos.
Si retrocedemos un poco en el tiempo, cabe resaltar que durante siglos, el territorio experimentó cambios en el control y la influencia de diferentes imperios y reinos. Uno de los períodos más significativos en la historia de España fue la presencia musulmana en la Península Ibérica, que comenzó en el año 711 con la invasión islámica y duró hasta la Reconquista cristiana, que culminó en 1492 con la caída de Granada. Durante este tiempo, se establecieron varios reinos musulmanes en la región, como Al-Ándalus, que tuvieron un impacto significativo en la cultura, la arquitectura y la ciencia, lea aquí.
En una conversación llegué a oír que los “moros” hacían hijos por las ayudas. En realidad me hizo bastante gracia, porque este discurso es el mismo en mi país (Brasil); que ofrece ayudas a personas en situación de extrema pobreza. No soy muy buena haciendo cuentas, pero, ¿imagínate hacer la compra; comprar ropa; pagar sanidad, etc., con un sueldo que no llega hasta los mil euros y con una familia numerosa? Decir que alguien hace hijos por beneficios monetarios es una bestialidad, además de mostrar una inmensa falta de conocimiento acerca de las culturas.
Desmontando el mito del robo de empleos:
Uno de los argumentos recurrentes es que los inmigrantes quitan empleos a los ciudadanos locales. Pero, los estudios económicos tienden a mostrar lo contrario. La inmigración a menudo complementa la fuerza laboral existente, ya que los inmigrantes suelen ocupar posiciones que los locales no pueden o no desean cubrir. En Galicia, por ejemplo, hay mucho trabajo en el campo y poquísimos trabajadores para ocuparlos.
La falacia “vivir de ayudas”:
El mito de que los inmigrantes consumen más recursos sociales de los que aportan es igualmente infundado. Los inmigrantes contribuyen significativamente al sistema a través de impuestos y pagos a la seguridad social. Muchos estudios indican que, en general, la contribución económica de los inmigrantes supera los beneficios que reciben.
En un artículo del portal El Confidencial, un funcionario del SEPE desmonta este mito.
“En el SEPE —lo que toda la gente sigue llamando INEM—, no hay absolutamente ninguna prestación que diga que es para extranjeros”, comparte Xan Ramos, funcionario en la oficina telefónica de atención al público de Pontevedra, en Galicia. “Ni el desempleo, ni la prestación asistencial, ni la renta mínima de inserción. Nada. Llevo más de 20 años aquí y ha habido muchos cambios, pero nunca ha habido una sola ayuda que beneficie a los inmigrantes. Se favorece a la gente por sus condiciones, no por su nacionalidad. Si cumples unos requisitos, cobras. Punto, no hay más”.
Mónica Caparrós, concejala de Servicios Sociales en el Ayuntamiento de Sagunto (Valencia), ha tomado medidas enérgicas al expulsar a dos personas de su oficina por comentarios xenófobos, mostrando un claro rechazo a actitudes discriminatorias. Estas acciones se produjeron debido a comentarios despectivos, como la insinuación de obtener beneficios por usar un pañuelo.
Las prestaciones de emergencia social gestionadas por Caparrós abarcan áreas críticas como suministros, alquiler y material escolar. Estas ayudas están destinadas a personas vulnerables y, lamentablemente, son propensas a prejuicios, especialmente hacia aquellos de origen extranjero. Caparrós refuta fácilmente estos estereotipos, destacando que la vulnerabilidad no está vinculada a la nacionalidad, sino a la falta de apoyo familiar y opciones.
La concejala destaca que las personas inmigrantes a menudo recurren a los servicios sociales porque carecen del respaldo familiar que muchas personas locales podrían tener. Ella desmitifica la percepción errónea de que los inmigrantes reciben más ayuda, subrayando que el porcentaje de asistencia es similar entre personas españolas e inmigrantes.
Según datos de Amnistía Internacional, solo alrededor del 12,5% de las personas extranjeras utilizan los servicios sociales en España.
Es crucial abordar estos mitos no solo desde una perspectiva económica, sino también desde una ética de equidad y justicia. Los prejuicios contra los inmigrantes pueden alimentar la discriminación, creando divisiones en la sociedad y perpetuando estigmas injustos.
En lugar de ver a los inmigrantes como una amenaza, la sociedad debería reconocer la diversidad como una fuente de riqueza cultural y económica. La interacción de personas de diferentes orígenes enriquece la sociedad al proporcionar diferentes perspectivas, habilidades y experiencias.