El amor que asfixia
Cómo la dependencia emocional de los padres sabotean nuestro crecimiento.
Las semillas que caen de un árbol pueden incluso brotar debajo del árbol madre, pero terminan no prosperando, no creciendo ni expandiéndose debido a la falta de espacio y luz solar. Una semilla germinada en suelo fértil, que no esté a la sombra de otro árbol, con espacio y libertad para crecer, expuesta a la luz y la lluvia, puede desarrollarse bien. ¿Te das cuenta de que, al igual que en la naturaleza, dentro de la dinámica familiar, es difícil prosperar cuando existe una relación de dependencia?
Un buen ejemplo es la trama de la película Mi Gran Boda Griega 2. En esta película, toda la familia vive en la misma calle, una casa al lado de otra, y los miembros de la familia dependen unos de otros. Sin embargo, esta dinámica no es solo una escena de película; hay muchas personas que viven esta realidad, incluso sin vivir tan cerca.
La trampa de la dependencia emocional
La dependencia emocional es un desorden de prioridades que hace que dejes de ser la persona más importante de tu propia vida. Cuando logras comprender e identificar las relaciones de dependencia que te impiden crecer, tomas el control de tus decisiones.
¿Conoces a alguien que haya experimentado una de las siguientes situaciones?
Fue a la universidad X o Y para complacer a sus padres, pero ese curso no era lo que realmente quería.
No cambia de casa, de barrio, de ciudad ni siquiera de país para no estar lejos de sus padres.
Perdió oportunidades de trabajar y crecer profesionalmente para no distanciarse de sus padres o evitar disgustarlos.
Vive con sus padres para “ayudarlos” y no se ayuda a sí mismo.
Vive con ellos para no dejarlos solos porque es hijo único o porque sus hermanos ya se han ido de casa.
No se compromete a una relación ni le propone matrimonio a la persona que ama, porque sabe que a sus padres no les gusta y no aprueban la relación.
No forma su propia familia, porque ve el fracaso de la relación de sus padres y cree que no hay buenas relaciones.
No tiene hijos o los tiene para complacer a alguien más que a sí mismo.
Cuando los padres desarrollan dependencia emocional de sus hijos
También ocurre con bastante frecuencia lo contrario, cuando los padres desarrollan una dependencia emocional de sus hijos. ¿Reconoces alguna de estas situaciones?
Se sienten perdidos o abandonados cuando sus hijos se van de casa, ya sea por motivos profesionales o por una relación romántica.
No pueden disfrutar de su vejez saliendo y viajando como les gustaría, porque se han convertido en padres de sus nietos, ya que sus hijos han externalizado su crianza.
No pueden disfrutar libremente de la jubilación ni de cualquier fuente de ingresos e inversiones que hayan realizado a lo largo de su vida, porque la utilizan para pagar las facturas de sus hijos y quizás incluso las de sus nietos.
Son viudos desde hace años y no pueden relacionarse con nadie y construir una nueva relación matrimonial, porque sus hijos desaprueban y no aceptan a nadie en lugar de su padre o madre fallecidos.
La verdad dolorosa: La seguridad no permite avanzar
Ninguna de las situaciones anteriores es saludable. Hacer que tus hijos sean “innecesarios” siendo necesarios de la manera correcta, no es abandonar, es seguir con tu vida sin depender de ellos y sin que ellos dependan de ti.
Ahora respira hondo, porque TE VA A DOLER…
¿Te gustaría que tu hijo tuviera un futuro en el que esté muy bien alimentado, tenga alimentos de primera calidad con una nutrición adecuada, sea admirado por la gente, tenga atención médica por el resto de su vida y un lugar seguro? Claro que sí, ¿verdad? Lamento decirlo, pero entonces es mejor ponerlo en un zoológico, porque todos los que viven allí tienen eso... simplemente no tienen FELICIDAD ni LIBERTAD.
¿Te sorprendiste? ¡Calma! Respira hondo otra vez y te lo explicaré…
Necesitamos una revisión de la realidad para entender algunas cosas. Presta atención a esto: ¡Lo que te da 100% de seguridad no te permite avanzar!
Esto es lo que se ve mucho en la dinámica familiar. Mientras el hijo adulto viva bajo el techo de sus padres y dependa de ellos económica y emocionalmente, y no lleve su propia vida, seguirá viviendo bajo las reglas de sus padres y no podrá vivir su vida libremente.
Darse cuenta de que mientras el hijo adulto no se responsabilice de su vida, de sus elecciones y decisiones, y viva dinámicas insanas de dependencia financiera y/o emocional, y tenga la casa de sus padres como refugio y plan B, probablemente no tendrá un plan A.

Cuando los niños son criados para quedarse en el nido, tienen miedo de volar, y ¡EL PÁJARO QUE NO DEJA EL NIDO NUNCA SE DESARROLLARÁ!
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